Una nueva investigación del Royal Veterinary College (RVC) ha demostrado que el uso repetido de agujas podría provocar un aumento del dolor experimentado por los lechones a medida que aumenta la fuerza de punción necesaria.
La reutilización de agujas entre animales es habitual en la ganadería. Sin embargo, sin cambios regulares de aguja, el estudio de RVC encontró que las agujas se desafilan significativamente después de múltiples usos, lo que significa que la fuerza necesaria para administrar la inyección aumenta y puede causar dolor y angustia al lechón.
Como la mayoría de los lechones nacidos en interiores requieren una inyección de hierro en los primeros días después del nacimiento para prevenir la deficiencia de hierro, una condición que puede reducir las tasas de crecimiento y aumentar la susceptibilidad a enfermedades y la mortalidad, la investigación proporciona datos críticos que respaldan las recomendaciones de cambiar las agujas entre camadas. (12 lechones), crucial para proteger el bienestar de los lechones.
Al realizar este estudio, el equipo de investigación, dirigido por la estudiante de veterinaria Kathryn Owen, con el apoyo de la Dra. Nicola Blackie, profesora titular de ciencias de la producción animal; y el Dr. Troy Gibson, profesor asociado en ciencias del bienestar animal, examinaron la fuerza requerida para perforar la piel de un cadáver de lechones por primera vez, 12, 36 y 100, imitando la reutilización de agujas en la vida real.
Los investigadores de RVC observaron las agujas bajo microscopía electrónica de barrido para evaluar el daño causado a las agujas por el uso repetido, y descubrieron que las fuerzas de punción aumentaron después de 36 usos y las imágenes de microscopía electrónica mostraron daños visibles en la punta de la aguja después de solo 12 usos.
El equipo también encuestó a una muestra de criadores de cerdos del Reino Unido y les preguntó sobre sus prácticas de inyección de hierro. De los 31 encuestados, el 81 % de las granjas informó la reutilización de agujas. De estos, solo el 39 % cambió la aguja entre camadas o antes si estaba dañada, y el 23 % cambió la aguja cuando la sintió desafilada o dañada, después de cada sesión de inyección o al cambiar la botella de solución de hierro.
Kathryn Owen, investigadora principal de este artículo y estudiante de veterinaria de pregrado en RVC, dijo: «La reutilización de agujas aumenta la fuerza requerida para perforar la piel, lo que indica un embotamiento que podría causar dolor y angustia a los lechones».
