Sebastián Ratto, Coordinador Técnico Comercial Cerdos de Provimi Cargill Argentina, marca la diferencia en el manejo de la climatización en las granjas porcinas para alcanzar una producción más eficiente, con mejores resultados y minimizando errores.
Basta de mitos subjetivos sobre cómo medir la temperatura: la tecnología bien utilizada junto a un proyecto bien diseñado aseguran el éxito del productor.
“Cuando buscamos que una producción sea eficiente en cuanto al control del ambiente, es fundamental enfocarnos en temas de ventilación y climatización para poder brindarle el máximo confort posible al cerdo. Así generamos un entorno de termoneutralidad, con la calidad de aire adecuada, que hace que la producción sea eficiente y podamos lograr los resultados esperados, además del máximo potencial genético. Todo esto, asimismo, potenciando los beneficios de la nutrición para producir a un menor costo” explica Ratto.
En su rol como consultor técnico, Ratto relata que “gran parte de mi trabajo es recorrer las granjas, observar sus procesos, su operatoria diaria, y eso me ha llevado a poder ver de primera mano gran cantidad de establecimientos, tanto en la Argentina como así también fuera del país. Lo más notorio es que la gran mayoría de los productores no planifican correctamente el proyecto. Se manifiestan fallas en el diseño y en los cálculos, detectándose errores en cuanto a la zona climatológica y a las etapas de producción, con las cuales vamos a estar trabajando en todo momento”.
Otro punto de mejora, según Ratto, es “atender especialmente todo lo referido a la capacitación, al uso de la tecnología, ya que muchas veces la tecnología, si está correctamente calculada, diseñada y colocada eficientemente, puede ser una gran aliada para la mejora continua y el alcance de mayores rindes”.
En cuanto a los mitos de las granjas y la temperatura adecuada, es primordial tener una mirada objetiva y panorámica, para poder hacer un análisis de cada caso desde una postura lo más alejada de la subjetividad posible. “La propuesta es trabajar a partir del dato. Es decir, con los números en la mano, los resultados se vuelven irrefutables, pero también nos muestran el camino que debemos tomar hacia la mejora, además de que nos permiten analizar dónde podría estar el problema. Por ejemplo, los humanos vamos a tener diferentes sensaciones de temperaturas al entrar al galpón, claramente porque somos diferentes. Si las mediciones las tomamos en base a opiniones, es casi seguro que podamos generar errores y sobre todo, un clima de disconfort al animal” detalla el especialista.
“La idea es realizar las mediciones y tomas de datos de forma adecuada, bajo protocolos que nos permitan analizarlos y, a partir de ello, buscar e implementar decisiones que nos lleven a una mejora generalizada. Ya sea de nuevos proyectos o de programación, que es lo que corresponde y es lo que tenemos que hacer. Esto es la punta del ovillo para desterrar un poco estos mitos que suelen escucharse en el campo (el galpón está pesado, caliente, húmedo, etc.). Con el dato conciso no hay espacio para el mito” remata el técnico.