La Organización de Porcicultores Mexicanos (Opormex) ha expresado su preocupación por la creciente dependencia de México hacia la carne de cerdo importada, que actualmente cubre casi la mitad de la demanda nacional. Según Heriberto Hernández Cárdenas, presidente de Opormex, en 2019, alrededor del 38% del consumo nacional de carne de cerdo se abastecía a través de importaciones, pero para 2023 esta cifra subió al 45%, y se estima que este año alcance el 50%.
Hernández señaló que esta situación se ha agravado desde la implementación del Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC), una medida del Gobierno Federal que ha permitido la entrada de productos porcinos de países con los que México no tiene acuerdos comerciales formales.
Riesgos de la dependencia importadora
Se advierte que la creciente dependencia de las importaciones representa un riesgo significativo para la estabilidad del suministro alimentario en México. Explicó que cuando un país depende en más de un 70% del comercio internacional para abastecerse, se expone a vulnerabilidades en términos de precios y disponibilidad.
Un ejemplo reciente de estas vulnerabilidades es el conflicto bélico en Ucrania, que interrumpió el suministro de granos básicos a nivel mundial y provocó un aumento sostenido en los precios de estos insumos. Esto generó mayores costos operativos para los países sin una producción agrícola sólida.
Hasta agosto de 2023 las importaciones de carne de cerdo en México mostraban un aumento interanual del 8.4%, alcanzando 1.1 millones de toneladas, principalmente provenientes de Estados Unidos.
