El municipio de 25 de Mayo podría quedar comprometido por 30 causas
Una treintena de demandas está a punto de llegar a la fase final del trámite judicial y las sentencias podrían significar erogaciones millonarias para el municipio de 25 de Mayo. Es que el centenar de casos de triquinosis en la localidad originó una andanada de causas judiciales que ahora llegan a su fase final.
El tema comienza a ser materia de análisis de los vecinos y lentamente genera debates políticos. Es que el titular del Ejecutivo en ese momento era el actual legislador provincial Jorge Feliú, a quien le adjudican responsabilidad por la falta de controles de aquel momento, ya que quien vendía los chacinados habría argumentado que Bromatología de la comuna hizo el análisis.
Ya desde el principio los veinticinqueños apuntaron a la responsabilidad municipal antes que a la del comercio, a pesar de que el comerciante sufrió la rotura de sus vidrieras y el saqueo del supermercado.
Aun así, algunos vecinos adjudican responsabilidad al gobierno de Feliú, mientras que otros lo hacen con más argumentos técnicos.
Por ejemplo, en el 2002, Carlos Cufari que por entonces era el responsable en una amplia zona del Senasa, en declaraciones a este diario había dicho que "esta es una enfermedad familiar, generalmente se produce cuando se hacen facturas en forma artesanal. En este caso por la cantidad de implicados que hay, evidentemente ha habido comercialización; esto lo controla el municipio".
Cabe recordar que a mediados de Mayo del 2002 un centenar de casos de triquinosis conmovió a la pequeña localidad pampeana originando violentas jornadas en las que rompieron las vidrieras y saquearon el comercio de propiedad de la familia Chambón, que fue la que vendió los chacinados infectados. Entonces hubo enfrentamientos con la policía y heridos. La sentencia social apunta a que la lentitud de reacción de Feliú fue la chispa que encendió la ira y generó la violenta jornada, pues los vecinos reclamaban el cierre del comercio que vendió los productos. Las personas ya tenían pruebas médicas de padecer la enfermedad mientras el comercio seguía atendiendo al público sin mayores problemas.
