El protocolo firmado entre España y el país asiático contempla la apertura del mercado oriental a productos frescos y despojos porcinos, además de jamones deshuesados
Los ministerios de Sanidad y de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (antes de Agricultura, Pesca y Alimentación) allanan el camino hacia China de las empresas interesadas en exportar carne de porcino y jamones.
En el grupo de firmas preseleccionadas por la Administración española figuran cincuenta de Castilla y León (la mitad de Salamanca) que han puesto sus ojos en el mercado chino. Un gigante de más de 1.300 millones de consumidores, de los que 300 cuentan con un nivel de renta occidentalizado y suficiente dinero en el bolsillo como para gastar en perniles de primera calidad. Un mercado, además, en el que no hay que hacer apostolado sobre las bondades de la carne de cerdo, puesto que China es el primer país productor del mundo.
Los gobiernos español y chino dieron el primer paso en noviembre del año pasado con la firma de un protocolo por el que los asiáticos reconocieron a España como país exportador de cerdo y derivados. El acuerdo alcanzado entre los dos países abre la puerta al envío por parte de las empresas españolas de «carne fresca, despojos comestibles de cerdo y productos cárnicos curados de larga duración». Este amplio periodo de oreo de la carne, de más de 313 días, cierra el paso a los embutidos frescos y ciñe las exportaciones a los jamones y paletas, que deberán cumplir, además, el requisito de estar deshuesados.
Acreditación china
La siguiente estación en el camino del porcino castellano y leonés hacia China es el registro de las empresas exportadores por parte de la Administración de Certificación y Acreditación de la República Popular de China. El procedimiento no es sencillo. Las autoridades del país asiático obligan a que todas las empresas que intervienen en el proceso de elaboración estén registradas para exportar a ese país, no sólo las que transforman el producto final que se pone en el mercado.
Las empresas que optan a exportar (y las que participan en los procesos previos a la elaboración del producto que se quiere poner en los mostradores chinos) deben registrarse en función de las actividades que desarrollen: matadero, sala de despiece, almacén frigorífico, industria cárnica y centro de reenvasado. Cada modalidad exige una certificación y una firma puede reunir varias.
Desde el Gobierno español destacan que el grupo de empresas que quieren hacer negocio con china en el campo del porcino está cerrado desde el 29 de febrero. Aquellos empresarios a los que se les haya pasado el plazo y tengan intereses en el mercado asiático deberán esperar al próximo contingente de evaluación. Las autoridades sanitarias españolas evalúan en estos momentos las solicitudes y las que reciban el visto bueno serán remitidas a la República Popular China, que enviará a sus inspectores para que visiten sobre el terreno las empresas.
