Días decisivos vive la industria faenadora de carne bovina y de la ganadería local, que apuestan a acelerar la implementación de la fase exportadora, que hasta ahora no ha podido despegar, debido a los altos precios que se habían venido pagando en el mercado interno, como también, por los bajos valores en los que se había estado cotizando el producto en el extranjero.
La puerta para generar un salto cuantitativo en volúmenes exportados podría comenzar a abrirse el 7 de noviembre para los empresarios del sector cárnico, pues ese día concurrirá una delegación de gobierno a la Unión Europea (UE) con el objeto de ampliar la cuota de envíos que los productores de carne bovina de nuestro país pueden ingresar libre de aranceles a Europa.
En Chile, la industria se mantiene expectante con los resultados que puedan obtenerse de esas negociaciones, sobre todo, considerando que las cuotas se negocian sólo cada tres años. La delegación local propondría en esta oportunidad que los volúmenes aumenten desde las actuales 1.500 toneladas anuales a unas 5.000 toneladas por año. El cupo original partió en 1.000 toneladas, pero ha ido aumentando en torno a las 100 toneladas por mes, llegando a 1.500 toneladas durante la temporada recién pasada. Consultado por este punto, el presidente de la entidad gremial que agrupa a la industria faenadora en nuestro país, Faenacar, y gerente general de Carnes Ñuble, Horacio Bórquez, manifestó que de lograr la cuota que se aspira, los envíos de carne bovina automáticamente se duplicarían, alcanzando US$90 millones anuales.
A su vez, manifestó que lo que ha ocurrido hasta ahora –con el actual cupo- es que éste se ha copado antes de fin de temporada. Agregó que la importancia que reviste la citada ampliación para la ganadería local radicaría en que los precios internacionales de la carne hoy se encuentran deprimidos por “lo que, claramente, esta cuota sin arancel nos permitiría generar mejores negocios y retornos”.
Según Bórquez, los precios de la carne en el exterior, como también la demanda, se encuentran en una fase inestable. “No se sabe qué va a pasar con los precios, pero los de la UE van a seguir siendo más convenientes”.
A juicio de Bórquez, con el beneficio arancelario que se propondría los retornos subirían entre 10% y 20%, lo que permitiría “que varios pequeños productores que han obtenido la clasificación Pabco A –que es una exigencias que el SAG debe cumplir para los envíos a la Unión Europea, y donde Indap ha hecho grandes inversiones-, puedan exportar. La Red de la Carne conformada por pequeños agricultores ganaderos serían los más beneficiados al incorporarse al modelo exportador puesto que el 45% de la masa de vientres aptos para la reproducción están en sus manos. También permitiría que los productores del extremo sur del país puedan incorporarse al ciclo exportador, pues, normalmente su producción sale a contar de marzo y abril, cuando la cuota actual ya fue copada”.
