Los altos contenidos de colesterol y grasa en la carne de cerdo dejaron de ser un mito, pues se han implementado procesos genéticos para su mejoramiento.
Los altos contenidos de colesterol y grasa en la carne de cerdo dejaron de ser un mito, pues se han implementado procesos genéticos para su mejoramiento. Además, tiene un alto contenido de proteínas, vitaminas del complejo B y potasio, que regula la presión sanguínea.
El poco consumo de carne de cerdo “se debe principalmente a la información que se trasmite de abuelos a hijos y a nietos, quienes la consideran como la villana en la alimentación humana, sin embargo, a través de investigaciones científicas y tecnológicas se considera sana y nutritiva”, destacó el ingeniero en alimentos José Bernardo Guerra Aguilar, profesor investigador de la Facultad de Ingeniería Química de la BUAP.
Los niveles de colesterol asociados a la grasa, no son directamente proporcionales al daño que la cultura media de la gente considera, “sino que su nivel en la sangre humana es regido por otros parámetros, como el metabolismo de cada persona; por lo tanto, las afecciones cardiacas pueden ser dejadas de considerarse como un factor de riesgo”.
Para solucionar el problema de grasa y colesterol, se han hecho estudios genéticos en el desarrollo de nuevas razas de cerdo, entre ellas la York y la Hampshire, que tienen la capacidad de sintetizar menos grasa y su nivel de colesterol es mucho más bajo que en otras carnes como la de res.
Este alimento contiene dos tipos de grasas: las insaturadas que son las deseables para la salud, en un 55 por ciento, y las saturadas que son las no deseables, en un promedio de 30 a 33 por ciento. La cantidad de grasa “no sólo depende de la cuestión genética del cerdo, sino que también de la dieta que se les proporciona durante su proceso de crianza y engorda”, expresó.
