Dentro de la complejidad fisiológica y funcional que poseemos los seres vivos, el entramado defensivo que constituye la inmunidad adaptativa o adquirida, permite responder de una manera específica a un antígeno, bien por una infección natural o la administración de una vacuna.
En este tipo de inmunidad, participa un ejército donde hay desde generales hasta soldados rasos, así como una serie de armamentos que contribuyen al control y eliminación del enemigo, previniendo también futuros ataques porque recuerdan al invasor con nombre y apellido, y rápidamente se establecen nuevamente las defensas. Esta inmunidad adaptativa puede durar desde semanas hasta toda la vida.
Respuesta inmune
Sabemos que para poder estar en este mundo y sobrevivir el mayor tiempo posible, indudablemente la respuesta adaptativa es importante y necesaria para el desarrollo de una inmunidad que nos proteja contra las enfermedades infecciosas.
Sin embargo, en el caso del virus de la enfermedad de PRRS, los mecanismos de esta respuesta pueden no hacer esa labor de proteger y, por lo tanto, de incrementar la sobrevivencia, en este caso, tanto a los pequeños lechones como a sus madres.
Porque falla la respuesta inmune adquirida para el virus de la enfermedad de PRRS
El virus de PRRS, como buen estratega, logra evadir uno o varios mecanismos imprescindibles para que el organismo pueda establecer una defensa protectiva y resolutiva a esta invasión que se está produciendo. Así que como si pareciera tener su departamento de contraespionaje y de inteligencia, este virus sabe que debe sabotear, evadir, alterar y/o destruir, para lograr su objetivo de invadir, conquistar y apoderarse de lo que tiene entre ceja y ceja.
Así que cual invasor curtido, este virus infecta a las células estratégicas como son los macrófagos, incluidas las células dendríticas, los cuales son de importancia fundamental para el desarrollo de una respuesta inmune adaptativa productiva. Estas células son las encargadas de captar y presentar antígenos a los linfocitos para iniciar así una respuesta inmunitaria especifica contra ese antígeno presentado. El virus de PRRS es capaz de infectar, destruir, manipular o mantenerse dentro de macrófagos o células dendríticas, modulando así la respuesta inmune para lograr su propia replicación, supervivencia y, por lo tanto, lograr una invasión exitosa.
Que consecuencias trae la alteración de la respuesta inmune contra la enfermedad de PRRS
Este virus de PRRS es experto en evitar que se desplieguen armamentos que son cruciales para poder combatir en la batalla. Así que este agente es capaz de inducir la inhibición de la producción del interferón-alfa, que es importante en la inmunidad innata contra las infecciones virales para iniciar la estrategia de protección y combate.
Y como todo buen estratega, ”sabe” que su la capacidad para infectar y replicarse estratégicamente dentro de estas células inmunitarias, hace que el desarrollo de la respuesta inmune inducida por vacunas sea en ocasiones difícilmente efectiva.
Y si bien el virus de PRRS solito puede invadir y causar desastres, con todo esto hace que se cree una inmunosupresión que permite la llegada de refuerzos de toda naturaleza que causan infecciones secundarias, empeorando así el desastre causado con la invasión.
Así que de tonto, tiene más bien poco el virus de la enfermedad del PPRS, ya que logra con la infección de macrófagos, desarmar la respuesta coordinada necesaria para el control y la eliminación efectiva del virus.
Fuente: www.calier.com