Recomendaciones en épocas cálidas

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escrito por Germán Piquer

El cerdo es un animal que su temperatura confort oscila, dependiendo la categoría, entre 18-23ºC (adultos), en esta temperatura el animal no tiene que hacer ningún esfuerzo para mantenerse en ella.

Por poco observadores que seamos si damos una vuelta por la granja y nos fijamos en la forma en la que los cerdos “contactan” con el suelo veremos que en función de la temperatura este contacto es diferente. ¿Por qué se dan esos patrones?

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Cuando analizamos las pérdidas de temperatura que tienen los animales podemos hablar de pérdidas sensibles y de pérdidas latentes.

Las pérdidas latentes son aquellas que se pueden terminar regulando gracias a mecanismos corporales ya sean cutáneos (dónde el sudor es uno de los ejemplos más claros, ya que al evaporarse absorbe calor y por tanto produce sensación de frescor) o bien mecanismos pulmonares (el jadeo es un claro ejemplo).

En este sentido tenemos que recordar que los cerdos no son como los caballos o las vacas que sudan mucho sino que, por la casi ausencia de glándulas sudoríparas, utilizan el jadeo como gran mecanismo de pérdida de calor.

Las pérdidas sensibles son las que se dan por la diferencia de temperatura entre el animal el ambiente. Entre las pérdidas sensibles podemos hablar de radiación, convección y conducción.

Radiación: el calor se propaga en forma de ondas electromagnéticas a través del aire.

Convección: el calor se propaga entre la superficie del cuerpo y el aire a causa de la circulación de las moléculas de aire o agua próximas a la piel.

Conducción: son aquellas que se producen por el contacto del animal con el suelo.

Los cerdos cambian su comportamiento en función de la temperatura. Analizaremos a continuación lo que pasa a los animales en función de la temperatura: frío, confort, calor o mucho calor.

Calor

En condiciones de calor (es decir cuando nos empezamos a situar en la temperatura crítica de evaporación) vemos como los animales evitan el contacto con sus compañeros a la vez que incrementan el contacto con el suelo para perder más temperatura. Si los animales tienen la opción de remojarse lo hacen y si no se revuelcan en sus propias heces para así disminuir la temperatura. Hay que recordar que si tienen la piel húmeda la temperatura de sensación es diferente (a parte del fenómeno evaporativo).

Por otra parte la temperatura corporal puede aumentar; la frecuencia respiratoria se dobla, apareciendo el jadeo.

La ingestión de alimento también disminuye a medida que la temperatura va aumentando. La disminución del crecimiento producida es una de las razones que provoca los terribles retrasos que se producen en verano en cuanto a salidas a mataderos o en el caso de las hembras con crías la disminución del consumo del alimento produce una disminución de la producción de leche, provocando en muchos casos, mortalidad de lechones en los primeros días de vida por la poca ingestión de calostro y por aplastamiento d los mismo por el exceso de calor de la madre y la debilidad de los mismos.

Mucho calor

En condiciones de mucho calor, cuando nos situamos en la temperatura crítica superior, la temperatura corporal aumenta hasta límites que el animal no puede soportar llegando la muerte por choque térmico.

Tenemos que considerar que cuando la temperatura corporal sube por encima de 43 ºC la muerte es casi segura, ya que la mayoría de procesos fisiológicos no se pueden realizar.

Por otra parte si las respiraciones llegan a las 200 por minuto, cosa que puede pasar para compensar el aumento de calor, la situación de colapso es casi segura. No podemos olvidarnos que el corazón del cerdo es pequeño en comparación a su peso y que, además, el tamaño de válvulas también es pequeño, por lo que las situaciones de colapso son muy frecuentes si llegamos a situaciones forzadas.

Soluciones a las altas temperaturas

La mejor estrategia para luchar contra las altas temperaturas es un adecuado diseño de la granja que permita reducir la carga de calor, especialmente importante en los meses cálidos, y maximizar la ventilación y los mecanismos de enfriamiento.

Dos aspectos a tener en cuenta para disminuir la carga de calor de un edificio son el emplazamiento de la explotación y el aislamiento de los edificios. Conocer detalladamente las características climatológicas de la zona de ubicación de la granja ayudará a elegir una adecuada orientación.

En general, se aconseja que el eje longitudinal de la nave siga la dirección este-oeste, procurando evitar vientos dominantes en ángulo recto. Por otro lado, un buen aislamiento de cerramientos y cubiertas de las naves reduce los intercambios de temperatura entre el exterior y el interior facilitando mantener unas adecuadas condiciones ambientales. Un aislamiento óptimo hará mucho más eficaces los sistemas de refrigeración en verano y permitirá ahorrar energía, en forma de calefacción, en invierno.

Hay medidas sencillas para intentar rebajar las altas temperaturas como son: encalar paredes y muros, colocar aspersores de bajo caudal en las cubiertas, plantar árboles alrededor de las instalaciones, colocar persianas en las ventanas, disminuir la densidad de los animales y suministrar agua fresca a voluntad.

Conclusiones

Por todo lo ante expuestos, en épocas cálidas se recomienda manejar las dietas de los animales más grande, pudiendo bajar la energía de las mismas y aumentando la fibra, para que el intestino no retenga mucho tiempo y evitar fermentaciones en el interior de los mismos como así también cuando los animales pasan mucho tiempo sin comer por el calor, y generalmente en las noches por el descenso de la temperatura ambiento los animales comen de manera abrupta y en cantidad, provocando torsiones intestinales y muertes de los animales.

No se debe olvidar:

  • Adecuadas instalaciones de acuerdo a las categorías.
  • Suministrar agua en cantidad y calidad (fresca).
  • Baños a los animales grandes y hembras preñadas en horas estratégicas.

Autor: María de los Ángeles González, Estación Experimental Las Breñas, INTA, Argentina.

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